Comentarios después de leer Nieve Negra


Resultado de imagen para MANZANO BLANCO Y NEGROAl terminar Nieve Negra, quedé con gusto a poco. Al ver su tamaño y extensión, tenía en conocimiento que sería una novela bastante corta para mi gusto; pero, cuando comencé a leer, inconscientemente, deseaba que ocurrieran los sucesos de una forma más lenta, con el propósito de que se alargara el relato.
A pesar de esto, considero que la escritora logró, una vez más, captar mi interés. Su estilo de narración, vocabulario y caracterización de los personajes, me parecen bastante adecuados para el público al cual está dirigido, es decir: adolescentes.
En cuanto a su trama, la elección de personajes es justa y precisa. Una joven de una época moderna, una niña de un tiempo ya pasado, una madrasta, una sirvienta (la Negra), un padre, una madre y un perro, conforman la historia. Sin embargo, estos personajes no tienen nada fuera de lo común, hasta que podemos darnos cuenta de la forma en cómo la autora juega con estos. Esto es, comienza con narrador protagonista (la joven) y, luego, sigue con narrador omnisciente. De esta forma, ya más o menos en el capítulo cinco, nos podemos dar cuenta que tanto la niña como la joven, son un mismo personaje, ya que las características físicas y visiones que tiene la joven, son muy similares a las de la niña.
Ligado a lo anterior, personalmente, tenía indicios de algunos hechos, como: la muerte de la madrastra, triunfo del bien y que la manzana provocaría algún mal. No obstante, su final me asombró. No pensé que la joven fuera a morir, que luego iba a despertar en la época (antigua) que le correspondía y que, con esto, se evidenciara que había vivido muchas vidas, hasta que lograra recordar los sucesos que la llevaron a su final, producto de la maldición de la madrastra.
Por lo mismo, resultaría bastante certero recomendar esta obra a alumnos de 7° básico, 8° básico y a toda la enseñanza media, pues su mezcla de fantasía, trama llamativa y breve cantidad de páginas, podría ser sugerente al momento de trabajar el disfrute de la lectura. Así, sería perfectamente posible tratarlo a través de una secuencia didáctica para trabajar los momentos de la lectura, reforzar la comprensión y promover el goce de la lectura compartida y socializada. De esta misma manera, se aludiría a contenidos como los tipos de personajes, intertextualidad, tiempos narrativos, etc., sin tener que recurrir a clases expositivas y tradicionales.



Por María José Torres Inostroza.

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