¿Cómo puede cambiar tu vida una mascota?
Cuando te crías con animales y
aprendes a vivir con y para ellos, su pérdida puede ser uno de
los dolores más grandes que tengas que sobrellevar. Para un amante de los
animales, una mascota se convierte en un integrante más de la familia, por lo
tanto, ya no es solo un perro o un gato, es un acompañante que estará contigo
incondicionalmente y te enseñará una que otra lección de vida.
Para la familia de August, Daisy era
una hija más. La perra se trasformó en alguien importante para todos los
integrantes del hogar, desde el primer momento en que ella llegó. Por consiguiente,
el día en que su salud empezó a fallar, nadie quería aceptar que a Daisy le había
llegado su minuto.
Esta escena del libro, me hizo
recordar una decisión que tomé hace dos años. Asimismo como lo hizo Daisy, unas
simples mascotas para algunos, se transformaron en seres que marcaron mi vida.
Es decir, me ayudaron a darle un vuelco a mi estilo de vida. Comencé a
cuestionarme, yo decía amar a los animales, pero no logré dimensionar que, a
los que verdaderamente amaba, eran solo a aquellos que no formaban parte de mi
plato. Así que amplié la perspectiva de mi supuesto círculo de amor. No podía
ser inconsecuente, debía, si decía adorar a todo animal, cambiar mis acciones.
Es difícil de un día para otro dejar
de comer carne, porque la sociedad en que nacemos, nos
enseña que comerse a un animal es normal, que están hechos para eso y que no
tiene nada de malo, y si piensas lo contrario te discriminan y te ponen trabas. Pero
yo me pregunto, si ellos pudieran elegir entre vivir y ser devorados, ¿tomarían
la primera o segunda opción? Es obvio que vivir sería su camino.
Sumado a lo anterior, tomando en
cuenta que en la sociedad que vivimos la información vuela, no somos capaces de
considerar el horror, dolor y humillaciones que pasan miles de animales de
granja, en donde son maltratados, mutilados, violados (vacas inseminadas artificialmente),
etc. Yo no quiero ser parte de estos crímenes.
El egoísmo contamina nuestras vidas,
por lo tanto, cuando solo dejamos de pensar en nuestro disfrute y bienestar, la
vida cobra otro sentido; el aire se siente más puro, las acciones que realizas
te hacen sentir más pleno y la serenidad llena tu alma. Y, por sobre todo,
puedes considerar que sí es posible entablar una amistad verdadera y real con
tus mascotas.
Por María José Torres Inostroza.
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