Lectores de mundo plano y lectores de mundo redondo
¿Nos
hemos preguntado alguna vez qué mundo habitamos como lectores?, esto es, ¿somos
lectores de mundo plano o de mundo redondo? Un mundo plano de lectura, incluye
a lectores que se resisten a explorar más allá de las fronteras del territorio
familiar, debido a los peligros que pueden suceder fuera de sus fronteras. Los
riesgos pueden ser: el aburrimiento, la dificultad, el agotamiento, etc. Por lo
tanto, un individuo de mundo redondo, es lo contrario.
Pero,
¿qué debe pasar para que un lector de mundo plano pase a ser un lector de mundo
redondo?, ¿cómo puede convertirse el pensamiento cerrado y cuadrado a una mente
abierta y multifacética en cuanto a literatura?
Una
de las grandes influencias para evolucionar de este estado plano al redondo,
son aquellas influencias que tuvimos, tenemos o podemos tener, acerca de las
lecturas que escuchamos. Es decir, gracias a estos estímulos, energías, ímpetus
y voluntades, pudimos, podemos y podremos leer distintos libros. Estos
referentes suelen ser personas mediadoras y lectoras frecuentes, siendo
particularmente importantes, por esta razón, en nuestras vidas. Por esto, no
suele ser raro que, uno de las mayores influencias, sean profesores.
Por
consiguiente, como docentes, tenemos una gran responsabilidad al educar
literariamente a nuestros estudiantes, pues como mediadores, debemos demostrar
que leer es más que recorrer palabras impresas con la vista, sino que, este
proceso, involucra una acción dramática compuesta por muchas escenas
interrelacionadas.
De
esta forma, convertiremos, de forma progresiva y sistemática, a nuestros
alumnos de mundo plano en lectores de mundo redondo, con el propósito de que
participen de la lectura, escriban textos, interpreten escritos, reciban
activamente, comenten y estudien una diversidad de obras literarias de variadas
índoles.
Por María José Torres Inostroza.
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